LA CAMISETA MÁGICA, O CASI

Como hoy es fiesta en Polonia y nos apetecía mezclarnos con la plebe, ayer J-Vol y yo hicimos nuestra acostumbrada ( que no por ello rutinaria ) ruta nocturna.

Dos errores por mi parte, la elección de la camiseta y dejar interactuar a J-Vol con el entorno.

Después de lo ocurrido ayer me estoy planteando subastar la camiseta ( que ya de por si tiene una historia curiosa que no contaré hoy ) o incluso alquilarla por horas a desesperados noctámbulos en busca de calor humano.

La primera persona que se dirigió a mí para elogiarla fue una chica que estaba en la puerta del primer garito que visitamos, me hizo gracia pero el transcurso de la noche cambió esa primera sensación.

J-Vol empezó su terapia hablando distendidamente con la señora de detrás de la barra, que dijo haberlo visto por otro local donde se reúnen chicos a los que se conoce en el ambiente como “ ositos ”. J-Vol negó haber estado allí ( aunque reconoció que su aspecto corresponde con ese arquetipo ) mientras le decía a la señora que le quitase un cubito del vaso.

Después de hablar de nuestras cosas y tomarnos dos copas salimos de allí, la chica de la puerta volvía a decirme lo chula que era mi camiseta haciendo aspavientos y comentándoselo a todos los que la rodeaban. Inocente de mí no tenía ni la más remota idea de lo que ocurriría en las siguientes horas.

Nos dirigimos hacia el siguiente garito, donde me esperaba mucho calor humano y un J-Vol cada vez más desinhibido.

Mal presagio.

( continuará )