HAY, HAY, HAY, HAY, ESA CAMISETA

Este local es el de los desfasados.

Yo ya estoy hasta los huevos de la camiseta y parezco el típico famoso harto de que todo el mundo le pare para pedirle un autógrafo.

Un chaval me pregunta donde la he comprado después de decirme treinta veces que no es gay, le digo que lo sea o no, la camiseta ha salido del mismo sitio pero no le cuento la historia, simplemente le digo que viene de Madrid.

Nos metemos en la pista y a unos metros destaca una drag queen a la que hay que reconocerle el mérito de aguantar el equilibrio con esas plataformas y a esas horas.

Va vestida de manera provocativa ( como no podía ser menos ) y J-Vol me sorprende al decirme que tiene un buen culo y ni gota de celulitis “ ya que es un tío ” añade. No salgo de mi asombro.

La drag en cuestión se hace una foto con un grupo de chicas. Como por arte de magia aparece en las manos de J-Vol una cámara de fotos y empieza a darme la tabarra para que me haga una con el chico de las plataformas.

Le digo que no pensando en la camiseta y las consecuencias que esta puede provocar en un ser de semejante índole, pero J-Vol parece un niño pequeño pidiendo que le compren un juguete.

Cuando parece que se da por vencido, dos chicas de bandera a las que teníamos localizadas en la otra punta de la pista y con las que habíamos cruzado varias miradas se sitúan detrás nuestro.

Una de ellas empieza a darme con el bolso en plan “dimealgoyatonto” mientras J-Vol elogia las tetas de ambas dos.

Las miro; largas melenas rubias, altas, esbeltas, pieles bronceadas resaltadas por sus ropas blancas y ceñidas… demasiado bonito para ser cierto.

Son tíos.

Se lo digo a J-Vol y cual es mi sorpresa cuando me dice que hay muchas tías a las que ya les gustaría estar como es@s d@s.

Me siento indefenso, y a eso solo falta añadir a J-Vol diciéndome que nos l@s presentemos para que me sienta como en una pesadilla de la que quiero despertar y no puedo.

En un intento desesperado argumento que seguro que cobran por sus servicios, pero J-Vol sigue con lo suyo y vuelve a insistir en que nos las presentemos.

Ahora me dice que me haga una foto con l@s rubi@s, que no es posible que sean chicos estando tan buen@s, pero yo l@s oigo hablar entre ell@s y sus voces no dan lugar a dudas, aunque J-Vol empieza a hacerme dudar, estoy confuso.

Por suerte ell@s se cansan y se van. Yo no hubiese aguantado tanto detrás de dos mequetrefes como nosotros. Me quito un gran peso de encima, y sin tener que ir al baño.

Nos vamos de allí y de camino a casa J-Vol sigue taladrándome con lo de que estaban muy bien para ser chicos y que a él no le haría nada montárselo con ellos estando buenos como estaban.

No se si hubiera dicho lo mismo si los hubiera visto a la luz del día.

Espero que esas confesiones fueran a causa del alcohol, con la esperanza de poder enderezarlo y conducirlo por la senda de la heterosexualidad, que es lo que Dior manda.

En caso contrario, tampoco tiene mal gusto para los chicos.

Fin de la crónica, y sin foto de la camiseta, ¡ toma ya !.