EL BAR, EL GERIÁTRICO Y EL LIMBO ( I )

Anoche visitamos tres sitios distintos. Lo primero que he de decir es que J-Vol no tuvo necesidad de cagar en ninguno de ellos y que parecía que tenía prisa por acabarse las copas. Normalmente charlamos animadamente mientras bebemos pero ayer parecía que llegaba tarde a algún sitio ya que cuando él acababa yo aún iba por la mitad.

PRIMERO: EL BAR

Cuando no vamos a Barcelona siempre solemos empezar la noche en ese bar. Música variada, Beatles, Madonna, Lynyrd Skynyrd, Coldplay… Siempre suelen caer dos cervezas.

Ayer había un grupo de algo parecido a okupas jugando a los dardos. Uno de ellos era como un Melendi de bolsillo, chiquitillo y follonero de cojones. J-Vol empezó allí su exhibición etílica. Yo pensé que era la cena que le había dado sed pero el ritmo no decayó en toda la noche.

No pasó nada digno de mención en el bar ( por lo menos que yo recuerde ).

Después de que J-Vol meara cuatro veces ( cagar no, pero lo que es mear… ) nos fuimos con la música a otra parte.

SEGUNDO: EL GERIÁTRICO

Fuimos a un local que presume de tener entre su clientela a mayores de veinticinco años. Podrían presumir perfectamente de tener entre su clientela a mayores de cincuenta. Para que os hagáis una idea J-Vol se quería ir a los diez minutos.

Mi mayor preocupación en aquel lugar fue una pobre abuela que había sentada en un taburete a la que le dijeron que se tenía que levantar para que la gente se pudiera mover mejor en la pista. Tendrían que hacer como en los trenes, tener unos asientos reservados especialmente para personas mayores.

Esa pobre mujer se pasó todo el rato que estuvimos allí buscando algún sitio donde sentarse, mientras J-Vol se volvía a beber la copa en tiempo record y me decía que nos largáramos de allí, ya que estaba al borde de la depresión.

Digna de mención era la iluminación. La mayoría de mujeres resultaban hasta guapas a media luz. Pero algún alma caritativa había instalado unos focos tipo flash que de vez en cuando se disparaban descubriendo las arrugas que ningún cambio radical puede disimular. Desde aquí doy las gracias al que las puso.

Antes de irnos se me acercaron dos chicas muy guapas que me dijeron si quería hacerme una foto para colgar en la web del local, a lo que yo accedí gustoso mientras pillaba por el hombro a J-Vol para que no se sintiera desplazado del magnífico trío que formábamos las dos sílfides y yo.

Quedando satisfecho con los resultados decidí que era el momento de irnos ya que J-Vol amenazó con presentarme a alguna chica de oro, él sabe como hacer que me mueva.

( Mañana más )