Una pareja entra en un restaurante chino a comer. De vez en cuando les gusta ir, son muy amables y nunca hay demasiada gente, el sitio es bastante tranquilo.
Se piden lo de siempre, en ningún sitio hacen los rollitos de primavera como allí. Ella siempre se lo dice a él y el siempre asiente con la cabeza.
Después de comer y del riguroso chupito de licor de lagarto se van a dormir la siesta ya que han quedado a eso de las siete con unos amigos para ir al cine. Ella quiere ir a ver una comedia romántica y el quiere ir a ver la última del Seagal. Los dos saben cual van a ir a ver.
Cuando se empieza a acercar la hora del cine, el chico se empieza a encontrar mal, le duele mucho el estómago. Ella piensa que es para no ir al cine a ver esa comedia romántica en la que sale ese actor que a ella tanto le gusta ( no por sus dotes artísticas ) y le recrimina diciéndole que siempre que van a hacer algo que le gusta a ella, él se inventa una excusa para no hacerlo.
Pero parece que la cosa va en serio y han de ir al hospital, ya que el ha vomitado varias veces y la cosa no parece tener fin.
Después de realizarle varios análisis y radiografías, le revelan la causa del problema.
Resulta ser que el chico tiene alojado en su estómago un chip de esos que se implantan a los perros para poder identificarlos en caso de desaparición.
Conclusión:
Hay que limpiar bien al perro antes de aliñarlo.
viernes, 18 de agosto de 2006
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7 comentarios:
Cuñado, tus historias son de juzgado de guardia. Besos.
Muy buena.Esos son los típicos perritos calientes.
¿Será por lo del chip que casi siempre estoy localizable? Es que a mí me gusta comer mucho en los chinos, jajaja...
Besos.
Y alguno habrá que se crea esas gilipolleces!! Si somos capacez de cagar un hueso de oliva que no haremos con un microchip!!
Me encanta la foto, jajaja
Te falta aún una historia, no?
En un establecimiento de "Macdonals" a una amiga le se le incrustó un hueso de la carne en una muela, el dentista le dijo que era un diente de gato. Gato...arggg!!!
Salu2.
aaaaagh...
O quizá venía del reloj de un chino difunto...
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