martes, 25 de marzo de 2008

EL JUEGO DE LAS SILLAS

Lugar: Estación Barcelona – Sants
Día: 23 Marzo 2.008
Hora: 17.30

Llegamos desde Sabadell y nos disponemos a esperar hasta las 19 horas a que mi chica pueda acceder al AVE que la llevará de regreso a Madrid después de un intenso fin de semana.

Buscamos un sitio para sentarnos.

Nos acercamos a las ventanillas donde se lleva a cabo la venta anticipada de billetes para largo recorrido. Un simple vistazo a las personas que ocupan los asientos destinados a los que esperan turno nos deja claro que la mayoría no espera turno.

Casi todos sus ocupantes son personas mayores, vestidos con sus mejores galas y sin una maleta ni bolsa de viaje en su poder. Todos se conocen entre ellos y hay distintos grupos. Cada uno de estos grupos parece contar con un director de orquesta que organiza la colocación de cada individuo.

Empieza el juego de las sillas. Tenemos la suerte de que dos personas se levantan cerca de nuestra posición y ocupamos sus sitios. Los abuelos nos miran mal y cuchichean entre ellos.

Es entonces cuando empezamos a disfrutar del espectáculo.

Los pocos asientos ocupados por viajeros van siendo tomados por estas personas y poco a poco van reagrupándose por familias y amistades. Ahí es donde los organizadores de grupo cumplen su cometido a la perfección distribuyendo a los abuelos, haciendo gala de una envidiable sincronización.

Gran momento fue aquél en el que un pobre hombre con grandes problemas para desplazarse y que ya se había cambiado dos veces de sitio es reclamado para el reagrupamiento con su pareja.

Al grito de “ ¡¡ven aquí deprisa, Antonio!! ” el pobre hombre se levanta y a paso de tortuga reumática se dirige a su tercer ( y espero por su propio bien que definitivo ) asiento. Mientras tanto unos abuelos que están a nuestro lado y que por lo que parece no pertenecen a la banda del señor Antonio se quejan de cómo puede ser que hagan levantarse tantas veces al pobre hombre.

Después de disfrutar un rato de los movimientos migratorios y del espectáculo, nos levantamos ( no sin pesar ) para ir a la zona de control de equipajes.

No hace falta decir que nuestros asientos fueron ocupados por dos abuelos al instante mientras la mayoría de personas que realmente iban a viajar esperaban pacientemente poder acceder a algún asiento, rodeados de sus maletas y bolsas.

¿ Tantos millones de euros para el AVE no dan para colocar unos cuantos asientos más en la estación ?

Aunque seguro que esto atraería a más abuelos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pues lo que lla es la vomva, es los grupos de avuelicos hen las inagurazion de expos ande ai piscolavis. ban alli, se valanzan a las vandejas i cuando se acavan los canapeses se ban. ni siquiera disimulan i miran hun poco. son la vomva!!!!

que les suvan las pensiones, omvre lla!!!! i lo soluzionamos todo de huna

Sr_Skyzos dijo...

Teniáis que haberos dedicado a correr los dos de sitio en sitio, sólo para hacerles la tarde más dicharachera a los jubilados... por lo de tener tema de qué criticar, y nada mejor que esta juventud descarriada.

Anónimo dijo...

Como le hagas daño (sea de la forma que sea) te corto las pielnas.
La Tita
P.D.: Deberías poner Summertime, de Ella Fitzgerald en tus canciones preferidas

la nena dijo...

Me parece que la de arriba es mi tia (rollo siciliano)

A la próxima, hacemos un video.