jueves, 29 de noviembre de 2007

A TIENTAS

Hay un recurso cinematográfico que me encanta y que cada vez que se utiliza es de lo más efectivo; la cámara de visión nocturna.


Chiringui y yo una noche nos dedicamos a probar una que le habían dejado y lo cierto es que acojona bastante. Se obtiene una imagen escalofriante y algo repulsiva de la persona a la que se graba.


Ojos que parecen emitir luz, dientes oscuros, piel blanquecina. Cualquier mueca resulta de lo más terrorífico.


El silencio de los corderos, 28 semanas después, REC, La habitación del hijo… han sido algunas de las que han utilizado estas cámaras, creando un ambiente especialmente claustrofóbico en los momentos en que han sido utilizadas.


Y es que te pone de los nervios saber que tú y la persona que utiliza la cámara en la película sois los únicos que veis lo que os rodea, mientras el resto va totalmente a oscuras y sin distinguir nada más allá de sus propias narices.


Me encanta.

3 comentarios:

la nena dijo...

mañana me van a hacer un tránsito intestinal...
Se me van a ver las tripas en todo lo suyo y en fosforito.

Si quieres te mando una foto, que fijo q te encanta.

Sra. Amparo dijo...

Ya ves si da cague, ya he visto Rec y da mucho mucho agobio, me recordó cuando vi El Silencio de los Corderos.

Burnout. dijo...

Es como un negativo de la vida real, mola un montón. Además esa sensacion de sentirte el depredador mirando impunemente la presa, esa sensacion de poder, es lo que "te pone" ¿no chaval? Tienes alama de psicópata...