Hace unos días una señora perdió la llave de la consigna donde tenía guardadas sus cosas. Después de ir a buscar al encargado de mantenimiento, resultó que no existía ninguna llave maestra para poder abrirla.
Dado que la señora en cuestión no recordaba el número exacto de la consigna y dudaba entre dos o tres diferentes pero contiguas, se le dijo que volviera en un rato para poder dar tiempo a los clientes que ocupaban las otras dos a sacar sus pertenencias antes de forzarlas.
Pasó el tiempo estipulado y la cosa estaba entre dos, que no se habían tocado en más de una hora, por lo que se procedió a forzarlas sin ningún miramiento.
Al abrir la primera, la señora dijo que aquello no era suyo. El encargado de mantenimiento se sorprendió al encontrar lo que parecía ser una bolsa de plástico transparente llena de algún tipo de líquido.
Cerrando la taquilla y abriendo la contigua, la señora pudo recuperar lo que había dejado en ella.
Dando tiempo a que se marchase se procedió a observar detenidamente la consigna que contenía la bolsa.
Se sacó la misma y sin abrirla se observó el contenido, llegando a la sorprendente conclusión de que aquello era muy similar a la sangre, por lo menos el color.
Se llamó a seguridad para que procedieran a su retirada y a hacer con ella lo que creyeran conveniente.
Nadie ha reclamado ni la bolsa ni su contenido.
¿ Alguna hipótesis ?
jueves, 1 de noviembre de 2007
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4 comentarios:
Joder qué cosa más rara, ¿quién va por ahí con una bolsa con un líquido rojo en su interior?
¿Esto es de verdad o es la historia de miedo del día 31?
Vaya cosas más raras pasan en tu trabajo, chico.
Igual era un donante anónimo...
La nena, jajaja, eso iba a decir...
Puart, déjate de cosas que dan miedo y recoje mi regalo. Pásate por mi casa.
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