SERGIO, JEAN-PAUL GAULTIER Y LAS DIOSAS DEL OLIMPO ( I )

Todo lo que voy a contar sucedió en una hora aproximadamente:

Bajábamos del baño y J-Vol me decía que no tenía buenas vibraciones sobre esa noche, que no iba a ocurrir nada.

A los pocos minutos se nos presentó una chica argentina ( cuyo nombre no recuerdo ) y me dijo que tenía un amigo al que yo le gustaba. Me lo presentó ( se llamaba Sergio ) y él me dijo que se había enamorado de mí.

Era un chico incluso un poco más alto que yo, rapado y con perilla. Camisa a cuadros sin mangas y abierta mostrando un trabajado pecho. Curiosamente J-Vol me había comentado un rato antes que esa noche era la de las camisas a cuadros, ya que la mayoría de los chicos las llevaban.

El chico se decepcionó cuando le dije que conmigo iba a ser que no, insistía en que solo necesitaba tres minutos para que cambiase de idea, pero no se los di, lo que él si me dio fue un beso o algo parecido en el cuello.

Cuando la argentina se lo presentó a J-Vol éste intentó escabullirse de los dos besos de rigor poniendo la mano por delante, pero Sergio le dijo que nanai, que dos besos, a los que J-Vol cedió reacio. Cuando de regreso a casa comentamos la jugada J-Vol bromeaba diciendo que hubiera sido divertido que me hubiera hecho un chupón en el cuello.

Si eso hubiera pasado me hubiera querido morir.

Sergio se repuso rápidamente del desengaño amoroso de su vida y a los pocos minutos se estaba besando apasionadamente con otro chico que estaba cerca de nosotros. Sin tiempo a reponerme del intento de conversión del que fui objeto se acercó a mí un hombre que recordaba mucho a Jean-Paul Gaultier y me dijo algo que no entendí, pero sin darme tiempo a reaccionar me cogió de la mano y me llevo cerca de la barra.

Allí me dijo algo más y yo me eché a reír ( no tenía ni idea de lo que me había dicho ni en que idioma ) y como parecía que esperaba algo le pregunté que quería.

Entonces me señaló a una rubia que bailaba con tres o cuatro chicos y me dijo que era su hermana y que yo le gustaba, que le dijera algo. La chica parecía bastante avergonzada y poco dispuesta a colaborar. A mí no me gustó demasiado y teniendo en cuenta mi estado etílico ( me vuelvo poco exigente ) eso no era una buena señal por lo que decidí no intentarlo.

Mañana más y mejor…