Hace cosa de dos meses que he vuelto a ir al gimnasio. No al mismo que iba hace un año, ya que aquél lo han trasladado y me queda lejos.
Y lo cierto es que he salido ganado en el cambio. Aquél gimnasio era lo más parecido al que utilizaba Rocky Balboa en sus inicios, lleno de tíos de mirada asesina y siempre dispuestos a demostrarte que son capaces de levantar cinco kilos más que tú en cualquier aparato.
El que frecuento actualmente es lo más parecido a la mansión playboy que he visto en mi vida. Veo a la mayoría de chicas con unas prendas que han de ser de lo más incómodo para realizar cualquier tipo de ejercicio físico ( para el intelectual puede que sean más cómodas ), pero que les quedan la mar de monas y lucen que dan gusto.
Además ellas si no están en las salas de aerobic o lo que quiera que sea lo que hagan mientras su monitora grita como una posesa, se pasan la tarde ( o la mañana ) haciendo step o corriendo en la cinta de espaldas a todos los vigoréxicos y aspirantes a cachitas que nos encontramos detrás de ellas, lo que hace que sigamos su hipnótico movimiento hasta entrar en un trance del que siempre nos tiene que sacar el compañero de turno o alguien que quiere utilizar el aparato en el que estás vegetando con cara de orgasmo contenido.
Premio especial para el que diseñó la ubicación de los aparatos, ya que hace que cuando tengo que ir al gimnasio no me de pereza, todo lo contrario que cuando iba al de Rocky Balboa, donde cada día era una batalla por la supervivencia.
jueves, 26 de julio de 2007
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8 comentarios:
Yo voy a uno en el que, en el centro de la sala de máquinas, han colocado un aparatejo que llamo "el indigno"...por la pérdida de dignidad que padeces si te subes allí:en alto, a cuatro patas, con el trasero en pompa y venga a levantar la pierna como si fueras un perrillo... al bollycao de monitor que me tocó ( yo creo que no tenía más de 16 años) le dije que subiera él si quería...
Jajajaja, lo importante es encontrar la motivación donde sea ¿no??
Bico!
Pues no se descuide, que en una de estas que esté babeando por una pava en mallas y top, lo mismo le ataca un mariquitas. Si en el mundo semos el 10%, en el gimnasio la proporción se multiplica.
Yo fui una vez a un gimnasio de esos que comentas, de las niñas con ropa de todo menos apropiada para hacer deporte... de hecho, yo era la única que iba con una camiseta XL. También había musculitos que sólo hacían que posar e ir de subidos. En resumen, me borré porque era inaguantable la pedantería y arrogancia que despedía todo el lugar. Las niñas te miraban por encima del hombro y los tíos como si fueras una piltrafa humana...
En mi vida he ido a un gimnasio. He practicado baile y gimnasia rítmica cuando era niña-niña, luego me pasé al balonmano en la etapa adolescente-machorra, me lo dejé por el aerobic, que abandoné por los múltiples esguinces y acabé en la natación, donde llevo ya 12 años seguidos remojando mis carnes.
Para la temporada que viene me surge la duda de si volver a la piscina o apuntarme al gimnasio del pueblo, que sólo tiene aparatos, es barato y no está saturado de gente, en el que todos me van a mirar de arriba a abajo, pero es que los kilos de más sólo me los voy a quitar con ejercicio duro y dieta. No sé qué hacer.
mr. qué ha sido de las vacaciones con tu compañera de curro?
Mira, ves tú... Un gimnasio como ese es el que ando buscando yo, a ver si me motivo...
Cuando voy, (si es que voy), sabes que no miro a los ojos de la gente, (como la canción aquella), así que me la pela quien va o deja de ir. Yo a lo mio.
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