UNA PROPOSICIÓN DECENTE

Todos los que leen mi blog saben ( o ya deberían saber ) que a pesar de ser heterosexual suelo frecuentar locales de ambiente. Como ya he dicho alguna vez, en esos locales es donde a más chicas heterosexuales he conocido, últimamente el porcentaje es avasallador gracias a J-Vol y su instinto asesino.

Hoy voy a contaros una anécdota que me ocurrió una noche en que fui a uno de esos locales acompañado por otro amigo que ha pasado a mejor vida ( tiene novia formal ).

Después de tomar unas cuantas copas en varios locales entramos a rematar la noche en la sala donde nos ocurren las mejores anécdotas y que suelo relatar aquí para disfrute del personal. Al pasar por la entrada te ponen un sello que sirve para que puedas entrar en dos o tres locales más del mismo grupo sin tener que pagar.

Yo estaba distraído mirando unas vitrinas que hay en la entrada donde exponen varios productos que están a la venta ( cd´s, revistas, abanicos, cosas con plumas…) cuando oigo al chico que pone los sellos decirme:

- Oye, trae la mano que no muerdo ( bastante amanerado el chico ).

Yo me acerco con una sonrisa por bandera y cuando me coge la mano, me pone el sello y aguantándome la mirada me dice:

- Morder no muerdo, pero la chupo de cojones.

Mi compañero se echó a reír y yo le dije al chico que me parecía estupendo pero que conmigo iba a ser que no.

Entonces el chico en cuestión me dijo que era una lástima.

Con toda la naturalidad del mundo ( como tiene que ser ) le preguntó al otro que estaba allí con él ( que hacía pinta de ser gay, pero más estirado que un estoque ) si yo hacía pinta de gay o no, a lo que el otro después de darme un buen repaso respondió que sí.

A todo esto mi compañero preguntó si él lo parecía a lo que los dos contestaron que no lo cual pareció no gustarle demasiado ya que pidió razones.

Una vez dentro de la sala me comentó que el chico no estaba nada mal, a lo que yo le respondí que para mi gusto le faltaban tetas y le sobraba rabo, pero que si quería intentarlo él que por mí no se preocupase. Pero parece ser que la idea no le convenció y se quedó conmigo.

Todo esto viene a cuento de la conversación que he tenido hoy vía gmail con MEG que me ha hecho recordar esta anécdota, si os ha gustado otro día os contaré otra por el estilo.

Lo que parece claro es que si me cambio de acera tengo el éxito asegurado.