J-VOL, EL INDURAIN DE LA NOCHE ( I )

AVISO IMPORTANTE;

ESTE POST ES REALMENTE LARGO, POR LO QUE LO PUBLICARÉ EN DOS O TRES VECES.

DISCULPEN LAS MOLESTIAS.

FIRMADO:

LA DIRECCIÓN.

Después de hablar por teléfono con J-Vol y decidir cual era el vestuario necesario para la ocasión ( prefiero eso antes que tener que volver a casa a cambiarme ), nos dirigimos a Barcelona acompañados por las ventosidades que según mi amigo del alma ( y después de lo de ayer aún más ) le habían provocado la ensalada que había cenado en prevención de lo que pudiera ocurrir dada la experiencia vivida en nuestra última visita nocturna a la ciudad condal ( los asiduos ya sabéis de que hablo y los que no lo sepan y tengan curiosidad que tiren de archivo ).

Llegamos a nuestra primera parada. El hombre ( no le puedo llamar chico ya que debe superar con creces los cincuenta años ) que regenta el local ( o por lo menos eso parece ) estaba intentando razonar con un grupo de chicos que querían entrar y al parecer habían faltado el respeto a la esencia del garito. Nosotros pasamos por su lado y el de seguridad nos preguntó si sabíamos donde nos mentíamos, a lo que yo le respondí que sí, que tranquilo ( de la manera que lo dije parecía alguien importante ).

Nada hacía prever ( aparte de las ventosidades de mi compinche ) que aquella noche iba a ser diferente a las demás. Nos colocamos en nuestra barra preferida y nos dispusimos a disfrutar de nuestra primera dosis de mucho Jack Daniel’s con un poco de Coca-Cola.

No recuerdo exactamente si fue en la primera o segunda consumición cuando pasó por delante nuestro un chico con una camiseta imperio al que pareció habérsele olvidado aplicarse el desodorante o simplemente quería atraer a todo bicho viviente en celo que se encontrara en la sala. J-Vol no tiene entre sus muchas virtudes la de ser alto, y el susodicho imperioso casi le mete el sobaco en la boca.

Lo que resultó una situación desagradable se transformó en una pequeña conversación entre J-Vol y un chico de ojos claros, alto, pero bastante delgado en la que yo no quise intervenir, aunque uno de sus compañeros viendo que me había acabado mi consumición tuvo la amabilidad de colocar mi vaso en la barra acompañando el gesto con una sonrisa.

Por suerte la cosa no fue a más, recuerdo que un rato después vi al alto de ojos claros enseñando el culo sin ningún rubor a un grupo de chicos y chicas que quiero pensar le acompañaban o cuanto menos le conocían.

Salimos de allí bastante alegres ( debido al nivel de alcohol en la sangre ) y pusimos el piloto automático hacia nuestra siguiente parada, otro local de ambiente, donde va toda la gente.

Lo primero que hicimos después de ir al baño fue colocarnos en nuestra barra preferida ( en cada local que visitamos tenemos una ), donde hay un chico que se toma su trabajo muy en serio y nos sirve con la rapidez necesaria para que no nos apalanquemos demasiado.

Era el momento de mezclarse con la gente. En un principio solo veíamos chicos por todas partes ( nada sorprendente dado el tipo de local ) pero poco a poco fueron apareciendo féminas y con ellas las hilarantes y descabelladas teorías de J-Vol con respecto al atractivo que dice que desprendo y del cual yo me río.

Menudo canalla está hecho.

MAÑANA MÁS.