SON COSAS QUE PASAN

Existen en esta red de redes personajes de todo tipo y pelaje, pero hoy me voy a centrar en uno en especial al que llamaré “el simpático”.

“El simpático” es el típico o típica al que le gusta estar en el meollo; populista, adulador y bromista cae bien sin ningún problema y ríe todas las gracias.

Pero cuando alguien hace o dice algo que no le parece bien ya sea porque le afecta directamente o por algo que no quiere que nadie sepa, arremete sin ningún miramiento y se alza en cruzada contra el hereje que se ha atrevido a manchar su impoluta imagen, y es ahí donde pierde todo su atractivo, y lo pierde por su propia manera de actuar.

El mundo de los blogs, foros y toda clase de espacios de opinión de la red a los que podemos acceder no dejan de ser lugares donde dejar volar nuestra fantasía, imaginación y creatividad, aunque en la vida real nos dediquemos a pegar sellos con la lengua durante ocho horas al día, cinco días a la semana.

Y es que para reírse bien a gusto, hay que empezar por reírse de uno mismo, aunque las bromas las hagan otros.

Un consejo, si no queréis que nadie encuentre algo que os pueda avergonzar, no lo hagáis y menos si luego se puede colgar en internet, y en caso de hacerlo, ateneos a las consecuencias y no os sorprendáis ( y mucho menos ofendáis ) si alguien lo encuentra.

Ahora si que el tema está zanjado.

El que quiera entender que entienda.