domingo, 18 de diciembre de 2005

LA ÚLTIMA CENA

En la empresa donde trabajo no se ha hecho la típica cena que suelen hacer todas las empresas por esta época. En su lugar se han organizado diferentes cenas casi clandestinas donde se invitaba particularmente, a mí me han invitado a tres y he asistido a una. El año que viene creo que no asistiré a ninguna.

Era una cena solo de chicos, todo un mérito dado el porcentaje comparativo entre hombres y mujeres que hay en la empresa ( muchas más mujeres que hombres ). La cosa parecía bastante interesante ( a la vez que sospechosa ) ya que había uno de los asistentes que insistía una y otra vez en que después de cenar teníamos que ir a una discoteca que el conocía donde el que no ligaba era porque no quería.

Total, que después de cenar nos dirigimos hacia la discoteca en cuestión, había una cola increíble para entrar. Nos tomamos algo en una cervecería mientras dos de los cuatro que íbamos hacían planes para entrar.

Su teoría era que con mi pinta a lo mejor no me dejaban entrar, y eso que para la ocasión me había puesto camisa, algo rarísimo en mí. Les dije que no se preocuparan, que si no me dejaban entrar conocía un sitio cerca de allí donde me lo pasaría mucho mejor ( el lugar en cuestión se llama "Aire", por si a alguien le suena ) y que ya me volvería a casa en tren.

Nos dirigimos a la puerta, yo el primero, por si no nos dejaban entrar ( esa fue la táctica que ellos creyeron mejor ) y cuando llego a la altura de los dos descerebrados que estaban custodiando la puerta uno de ellos ( el que sabía hablar ) me pregunta si voy solo, a lo que respondo que sí, dicho esto me ceden el paso y entro sin mirar atrás pensando en que si los otros no entran que se jodan por dudar de mis probabilidades.


Entramos todos sin mayores problemas a ritmo de bulería, bulería. Era un lugar muy variopinto, había desde chicas que parecían clones de Victoria Adams a mujeres que podrían haber sido mi madre, estas últimas no tenían ningún tipo de complejo a la hora de vestir ( eso puede ser bueno o malo ), nos dimos una vuelta y nos pedimos una copa, me di cuenta de que habíamos demasiados hombres, por mí ya nos podríamos haber ido de allí.

Nunca había andado tanto dentro de una discoteca, no parábamos, y había uno de mis compañeros que iba pellizcando el culo a toda la que se cruzaba con el sin tener en cuenta el peligro que eso conlleva, la música no me gustaba nada. De ligar hubo posibilidades manifiestas, pero no tenía yo el ánimo para entablar conversación con nadie. Además la gente que nos rodeaba no me inspiraba demasiada confianza.

De vuelta a casa me dormí en el coche para no faltar a la tradición y llegué a casa con el alba.

Lo cierto es que no me lo pasé demasiado bien, prefiero ir de marcha con J-vol aunque empecemos a parecer una pareja estable.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo empezaré a llamarle cuñao

J-vol dijo...

¿Quién te quere ti?¿Quién te quere ti?¡Ajooo, ajooo, ajoooo!No llores bobo...

Micropene dijo...

Las cenas de empresa tienen eso, que acabas yendo de marcha con gente con la que sólo te une un vínculo laboral (gente con la que muy probablemente de otra forma nunga te irías de juerga) y terminas yendo a sitios y haciendo cosas que nunca harías de motu propio (es lo que tiene la democracia).

Acabo de descubrir sorprendido, leyendo más abajo, que eres hermano del Chiringui!!

wildwildreally dijo...

pareja estable!! jajajajajajajajajajaja no tengo palabras, sólo me da la risa jajajajaja