lunes, 21 de noviembre de 2005

MI PRIMERA VEZ

No recuerdo exactamente la edad que tenía yo por aquel entonces, pero recuerdo que la televisión solo tenía dos canales, el primero y el segundo. Era la época del “ Un, dos, tres... responda otra vez ” presentado por Kiko Ledgard y del programa infantil “ Un globo, dos globos, tres globos ”.

Habíamos acabado de comer y nos sentamos en el sofá mis padres y yo, empezamos a ver un programa que hacían en la segunda, no recuerdo cual, y al poco tiempo mis padres se durmieron y yo empecé a aburrirme, acababa de dar inicio un partido de tenis en la televisión y a mi a esa edad el deporte no me llamaba demasiado.

Entonces me percaté de que en la mesa aún se encontraba el porrón donde mi padre bebía el vino para comer, yo no lo había probado nunca y decidí que había llegado el momento de hacerlo. Le pegué un buen trago y me volví a sentar en el sofá.

Noté un calentorcillo bastante agradable por el cuerpo, no habían pasado ni dos minutos y decidí que podía beber un poco más, y al sofá otra vez. Repetí esta operación unas cuantas veces, y a partir de la tercera perdí la cuenta, decidí entonces que el tenis era un deporte estupendísimo, de golpe me gustaba.

Pasó un rato y mi madre se despertó, yo seguía disfrutando del tenis y me dijo si quería ayudarle a recoger la ropa que había tendida en el patio, yo le dije que sí ya que me divertía hacerlo, en aquel estado aún más, y me levanté dispuesto a ayudarla.

Empecé a hacer eses hasta llegar al patio, mi madre se pensaba que estaba de broma pero la realidad era que todo me daba vueltas, al llegar al patio hice lo mejor que podía hacer: vomitar.

Mi madre se dio un susto de muerte cuando vio el color de lo que había vomitado, se fue corriendo a buscar a mi padre gritando que el niño había vomitado sangre.

A todo esto yo estaba sentado en el suelo, ya que todo me daba vueltas, llegó mi padre y al acercarse a la vomitona descubrío por el olor de aquello no era sangre, era vino tinto.

Lo cierto es que no me riñeron demasiado, o por lo menos no lo recuerdo especialmente, pero creo que ya tuve suficiente castigo con la borrachera y la posterior resaca, tardé bastantes años en volver a pillar otra como aquella.

Así veía yo a mi madre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

!Anecdota familiar de navidad marca ACME!

J-vol dijo...

Desde entonces es un no parar.Celfán es todo hígado.
La foto es cojonuda..realmente veo así cuando me tomo 4 maltas (dos dobles, claro).

Meg dijo...

Jajaja, muy bueno. Y encima con tus padres al lado.