sábado, 26 de noviembre de 2005

HANSEL Y GRETEL

En la sección donde se encuentran las golosinas me encuentro con dos niños que lo están removiendo todo y cambiándolo de sitio. Me quedo allí ya que los niños aprenden rápido de sus mayores y no sería la primera vez que se comen algo y esconden el envoltorio.

A todo esto pasa una mujer mayor, de unos 70 años, con la misma pinta que la abuelita de caperucita roja y me pregunta si esos niños no tienen madre, me encojo de hombros y la mujer me lo vuelve a preguntar, dando la casualidad de que la susodicha madre pasa por allí en esos momentos acompañada de su pareja y oye a la abuelita.

La abuelita me estaba diciendo que cuando ella era pequeña no le dejaban tocar las cosas que no eran suyas, la madre se incorpora a la conversación diciendo que ella a sus niños los educa como le da la gana y me mira esperando que yo me implique en el asunto, yo pongo la cara de poker que tan buenos resultados da en estos casos.

El supuesto padre mira pero como si la cosa no fuera con él, como si los niños no fueran suyos ( quizás no lo sean ) y éstos siguen removiéndolo todo y tirándolo por el suelo.

La abuelita que parece mas inteligente que la madre de los dos gremlins decide seguir su camino, dejando a la madre con la palabra en la boca, ya alterada y quejándose de que la abuela le diga como tiene que educar a sus hijos.

Yo sigo con la cara de poker, pensando para mis adentros que esa mujer está criando a un par de golfos.

3 comentarios:

J-vol dijo...

Menos cara de poker!! Tu también tienes algo que decir, no te escaquees de tu responsabilidad.

Anónimo dijo...

Deberías trabajar con una recortada o hacer lo que haces.

Mejor haz lo que haces...

Meg dijo...

¡Cuánta razón lleva la abuelita! Recuerdo una amiga de mi hermana pequeña que cuando venía a casa abría los cajones, el frigorífico, lo tocaba todo y mi hermana se ponía de los nervios, porque decía que era la única niña que hacía eso.

Esa niña no estaba bien enseñada, obviamente, cuando se va a una casa, se guardan las formas y se registra todo sin que nadie se entere, jejeje.

No, ahora en serio, llevas razón, esos críos son dos golfos como los gemelos que, en el pueblo de al lado, se dedicaron un día a tirar piedras desde lo alto del puente que cruza la autovía, con la suerte de que una de esas piedras impactó en el coche de una chica y tuvo un gravísimo accidente. Las dos perlas tenían 13 años, inimputables según la Ley de Responsabilidad Penal del Menor (no se les puede culpar de nada a los menores de 14 años). La madre pidió a los Servicios Sociales de Murcia que se los quitaran, que no podía con ellos.