Según me contó mi amigo, unos días antes de la despedida fueron a visitar un local de esos donde hay chicas de moral distraída que por un módico precio te dan conversación, masaje, y lo que se tercie. Allí se llegó al acuerdo con una de las chicas ( y supongo que con el propietario del negocio ) de que la noche de mi despedida, durante la cena, entre el segundo o tercer plato ( no recuerdo cuantos platos comí ni cuantos vasos de sangría me bebí ) y el postre llamarían a dicho local para que la chica en cuestión se presentase en el restaurante para llevar a cabo la puesta en escena del número erótico-festivo que para la ocasión hubiera ensayado, preparado, o lo que quiera que se haga en estos casos.
Hasta ahí todo perfecto, el amigo en cuestión me comentó que la chica tenía buenos genes, y que en su selección todos habían estado de acuerdo, por lo tanto la susodicha estaba de muy buen ver, tocar y degustar, cosa que hizo que me arrepintiera un poco de mi alegría inicial al decirme que la chica no iba a venir.
Llega el momento de la verdad y se produce la llamada en cuestión, a partir de ahí todo son problemas. Por lo visto la chica se pone al aparato ( teléfono ) y pregunta el nombre del novio, pensando en que se trata de algún tipo de preparativo para hacer mas ameno el espectáculo, le da el nombre. Pero el interrogatorio no había llegado a su fin y la chica pregunta donde se llevará a cabo el enlace y en que fecha. El amigo que realizó la llamada no sale de su sorpresa, y sin acabar de saber para qué son necesarias tantas explicaciones, también le da esos datos. No se si preguntó algo más o no, pero la cuestión es que la chica dijo que no podía venir, ya que alguno de los allí presentes era una persona próxima a ella y no quería mostrarse como su madre la trajo a este mundo delante de él en presencia de todos los demás, y mucho menos dedicarle dicho espectáculo a un desconocido ( yo ). En esos momento en la cena se creó un desconcierto, todos dudaban de todos, casados, solteros... Todos se preguntaban quién seria el individuo de los allí presentes que estaría relacionado con la tan nombrada chica, y que tipo de parentesco le uniría a ella.
Por supuesto yo era ajeno a todo eso, solo veía a mis amigos ir y venir sin dar ninguna explicación, hasta que llegó un momento en que nos fuimos del restaurante, sin chica pero con un buen montón de dinero para gastar.
El amigo que hizo la llamada me dijo que la chica, de la cual me dio el nombre, le había dicho cómo se llamaba la persona a la que estaba relacionada y se encontraba con nosotros, pero mi amigo no sabía quién era y pensó que sería un error, pero cuando él me dio el nombre a mí, yo supe perfectamente quien era, no era otro que mi compañero de trabajo, y la chica resultó ser su novia, a la que por cierto yo no había visto nunca.
A partir de ahí mi cabeza se llenó de preguntas de todo tipo, iguales que las que a vosotros seguro se os están ocurriendo ahora, pero no hice ninguna, ya que no quise averiguar nada más sobre el asunto.
Solo decir que aquél compañero de trabajo ahora está felizmente casado, pero no con aquella chica.
jueves, 20 de octubre de 2005
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2 comentarios:
Lo emocionante de aquella noche fue cuando empecemos a buscar aleatoriamente a alguien para hacer un stiptease, que risa.
Uno de los presentes quería llamar a una señora de 130 kilos.
Al final salió la piedad a Krilin, que el disfraz era de Krilin budista
Yo no se si es porque intuyo estas cosas o porque heredé de mi abuelo los genes republicanos, las bodas y las despedidas siempre me han dado mal rollo, De hecho en la mia me disfrazaron de estrella con gomaespuma y acabé con un sarpullido general. Para mi separación nadie me hizo una fiestuqui, y lo hubiese agradecido mucho más!!
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